Y es entonces, que te das cuenta que ya no sabes ni lo que escribes, cuando la novedad se convierte en costumbre y la soledad algo que ya te queda lejos. Las miradas y las palabras que te ayudan vuelan en tu interior y las malas se alejan; echándolas tras de si.
Me gustaría decirle al destino que gracias, pero me resultaría muy estúpido, ya que aunque este escrito, yo tengo un tipex en la mano.
Woow
ResponderEliminarJajaja!palomaa no sabia esa faceta tuuya :)