lunes, 16 de mayo de 2011

Por Carmen Baron.

Y dijiste:
~ Por fin te vuelvo a ver.
Y después de esto, la vida se congelo, mi corazón latía tranquilo. Fueron como palabras mágicas para que lo entendiera todo, para que la ficha cayera, el vaso resbalara. Tú también me buscaste todo este tiempo, y ahora comprendo que esa amistad tan perfecta, las piezas del rompecabezas que encajaban, mi corazón latiendo a punto de explotar como si fuera una bomba atómica, eran los motivos por los que tanto te quise. Porque sin saber, sin querer, me enamore, y no hablo de un amor a primera vista. Digo y hablo de toda una vida enamorada sin saber, o sin querer saber. Y tuvieron que pasar seis años para que lo pudiera reconocer.
Seis años para decirte:
~Por fin te vuelvo a ver

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